¿Cómo serán las hipotecas en este 2022?
Perspectiva de crecimiento sostenido, Euribor a la baja y tipos de interés fijo. Estos tres conceptos definen el marco actual hipotecario en España y en Europa.
Tras el tsunami económico experimentado con motivo de la Covid-19, el 2022 se abre paso como un año de calma, equilibrio, sostenibilidad y perspectivas halagüeñas en el mercado laboral y económico.
Es decir, tras el parón que supuso 2019 y la incertidumbre de 2021, todo anima, este año, a la inversión y a la compra optimista.
Más compraventas y tipos fijos
El mercado inmobiliario se mantiene estable en la senda del crecimiento.
Los expertos parecen alejar su discurso de la temida burbuja inmobiliaria y de un desorbitado aumento de los precios, apostando por la serenidad en el sector.
Un claro ejemplo es el incremento de las transacciones de compraventa de viviendas en nuestro país (que se asemeja ya a las registradas antes de la crisis económica de 2008, aunque a precios muy por debajo de aquella época especulativa), el aumento de la oferta hipotecaria (que ofrece mayor flexibilidad que nunca) y, sobre todo, el hecho de que casi el 70 % de las hipotecas sean de tipo fijo. El consumidor no quiere sorpresas, pero las entidades bancarias tampoco.
En definitiva, la financiación de inmuebles atraviesa un buen momento, con buenas oportunidades tanto para inversores como para compradores de su primera vivienda en propiedad.
Y todo apunta a que esta tendencia se consolidará a lo largo de los próximos 12 meses.
El ahorro de las familias, otro dato fundamental
Las hipotecas constituidas sobre viviendas deben buena parte de su éxito al ahorro previo experimentado por las familias españolas con motivos de la pandemia.
Dos años consecutivos de disminución de gasto (forzoso) han llevado a muchas familias a batir récords de ahorro, planteándose la posibilidad de adquirir una casa mejor.
La vuelta a la normalidad en el empleo a finales del pasado año ha contribuido, también, a este tipo de tomas de decisiones, gracias al incremento de la confianza del consumidor en la estabilidad del mercado laboral.
A fin de cuentas, ya se sabe, son la paz y la seguridad factores claves que animan al consumo y a la inversión. Y lejos quedaron la incertidumbre y el parón económico de 2019.
En cuanto a la oferta inmobiliaria también acelerará el ritmo, aunque con cautela, lo cual contribuirá a estabilizar más aún el mercado de la vivienda y, con él, el hipotecario.